A mi hija
Estos años transcurridos desde que soy mamá, fueron muchas las cosas que necesité decir, saber, pensar, reflexionar y sobretodo aprender... Cada día algo nuevo, distinto, sorprendente y maravilloso, como otras veces triste y doloroso. Doloroso es ver que aveces pasan los días y no doy cuenta de la magnitud bellísima que es mi vida junto con dos personas las cuales amo profundamente, sentir ese amor y esa confianza es inigualable. Muchas veces me sentí abatida, cansada, con ganas de nada, y esto cambia cuando me siento rodeada de personas que sólo transmiten y proyectan amor en mí.
Esto me hace dar cuenta de la gran fortuna que tengo
.
Soy muy dichosa por tener una gran hija y un gran esposo.
Sin embargo las cosas que siento más allá de esto repercuten muy fuerte en mí, como siempre lo han hecho. ¿Dónde estoy? ¿Por qué esto es así? ¿Cuánto falta para aquello?
Pensando en que solemos posicionarnos en el rol de la mamá que puede con todo, invito a mi hija (en su gran futuro) a no generar esas expectativas en la otra persona, no juzgar, no pretender, simplemente a HABLAR, algo tan sencillo como separar los labios y emitir un sonido el cual nuestro cerebro transmita como mensaje, sin discutir, sin gritar, sin juzgar. Sin repetir y sin soplar.
Esto no es que los padres son malos padres. Las mujeres son malas madres.
Somos personas, partiendo de la base de la biología, somos la unión de dos gametos (femenino y masculino) de dos células, que se juntaron para crear juntas y fusionándose, un nuevo ser que tenga una pizca de cada célula (sin poder elegir cuál), y este nuevo ser será lo que le enseñen, le digan, le muestren. El mundo del niño es lo es que es para los padres. Si hubiese empezado mi maternidad con esa certeza hubiese sido todo más fácil.
Si pensamos que tenemos poco tiempo, es porque en algún momento alguien nos apuró, si pensamos que comemos mucho, es porque alguien en algún momento nos llamó "gordos", si pensamos que no nos puede gustar algo, es porque alguien en algún momento nos dijo "eso es horrible"... Estamos condicionados en lo social, a ser juzgados, criticados y vulnerabilizados... Siempre que permitamos que nuestro cerebro reaccione así. Por esto creo factible que si desde uno empezamos con el cambio, dejaría de existir tantas maldades en el mundo (aunque no se vayan a terminar nunca). Siempre empezar desde uno, no esperar al otro.
Preguntar, enseñar, apoyar, escuchar, hablar, observar, no juzgar. Entender, ponerse en los zapatos del otro, ¿ Por qué piensa así ? ¿ Por qué dice eso ?
No, realmente yo no soy tal como describo, me cuesta muchísimo entender muchisimas actitudes, salir de la matrix y entender que no es como estoy pensando. Eso es. Desconectar la matrix.
Somos personas increíblemente capaces de entender y de ayudar, de cooperar, de crear, de imaginar, de soñar. No existen límites para aquello que proyectamos en nosotros mismos...
Siempre podés ser mejor persona,
Siempre podés ser un poco más feliz.
Te amo.
Mamá