Estar pensando en lo que va a venir sabiendo que no va a ser nada fácil. Complicarme. Decisiones. No suelen ponerse a pensar qué hace falta o qué sobra. Detenerme a pensar que tengo más de lo que merezco. Agrandar un poco mi ego con palabras al aire. Decir "no, gracias". Que te digan "no, gracias". Escuchar la música y caer en una nebulosa de ritmo. Siempre sabiendo que las ganas van a estar. Sentirte sin tenerte. Leer un libro sin pensar en los quehaceres. Acostarse y mirar al techo. Paciencia. Ganas. Boom de responsabilidades. Pensar antes de actuar. Perderse intentando ser algo. Perderse siendo algo intentando ser algo más. Perderse. Encontrar ese adjetivo que nunca creías que te definiría. Buscarte en una esquina. Imaginarte en mi cama. Abrir una ventana y que entre ese viento más fresco que el agua. Decir/hacer. Sonreír. Dar como respuesta a la disconformidad una solución. No buscar problemas. Siempre hay uno más roto. Ahí aparece el descocido. Unas palabras, un aliento, un intento. Un beso que no fue. Un camino en una ruta desviada. Una lágrima entre tantas risas. Lo perfecto con sus defectos. Un consejo que no sirvió. Tener seguridad en lo que querés. Hacer feliz. La satisfacción de vivir sabiendo que todo está bien. La necesidad. Tiempo que ya no va a sobrar. Solidaridad. Imaginarse un final. Lo extraño. Lo impredecible. Hacer por querer. Querer sin hacer. No rendirse. Mirar más allá de lo que se ve. De lo imprescindible siempre se puede prescindir. No escapar, carajo. Afrontar cada problema con una solución. Pensar, saber, actuar. Buscar lo innecesario por simple satisfacción. Satisfacerse sin necesidad de algo innecesario.
Ser feliz.
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