martes, enero 28, 2014

La vida

Hace unas semanas que vengo pensando escribir acerca de algo bastante movilizador acerca de las enfermedades en distintas personas. Hay muchas personas que son concientes de lo que llevan, de sus problemas de salud y de sus cuidados, y cumplen con la normativa de salud que tienen que ejercer para su propio bienestar, en cambio, hay otras personas que no se toman la molestia de actuar por si mismos y por su propia salud, entonces ésta última se deteriora constantemente, no llevan a cabo los cuidados necesarios para vivir sanamente y como una persona normal, ya que a pesar de tener cualquier enfermedad, o problema, o discapacidad, que no se cure pero sea tratable uno siempre puede llevar a cabo una vida normal sin necesidad de estar padeciendo esa enfermedad, y que se convierta en un problema diario.
Obviamente no descarto que haya enfermedades que requieran de una máxima atención y compromiso, y que a pesar de que se cumpla ese cuidado especial y preciso la enfermedad deteriore al paciente y lo haga sufrir y padecer continuamente, en este caso no juzgo, ya que estas personas sufren constantemente y no tienen un momento de tranquilidad, así como lo tienen las otras personas. El punto es que si uno sabe que tiene una enfermedad tratable, y con la que se puede llevar a cabo una vida totalmente sana y normal, sin restricciones de disfrutarla y de gozarla como cualquier otra persona totalmente saludable, esa persona HACE CASO OMISO a su cuidado, y SE DETERIORA a si misma, yo no logro entender, ni siquiera un pequeño punto del porqué de ese abandono a sí mismo. Por qué sufrir tanto por algo tan sencillo, por qué tienen esa necesidad de hacerse tanto mal a sabiendas de lo que ellas mismas se están produciendo al no cuidarse. Llevar un control diario, aplicarse una inyección, visitar al médico, comprar un medicamento, anotar las anomalías, consultar e informarse sobre su enfermedad, comer sanamente, cuidarse todo lo que pueda llegar a dañarlo. Ojalá yo tuviera la capacidad para hacerle entender a esas personas que son tan capaces de vivir como yo que la única discapacidad que tengo es visual, que son capaces de correr, de tener una buena noche de sexo, de respirar profundamente, de admirar un amanecer en una playa cálida, en fin, de vivir.
Siempre pensé una situación bastante trágica; en una pareja, uno de los dos tiene una enfermedad terminal, vive medicado, vive con controles, y con constante atención, la persona sana ama con su vida a la enferma, a su pareja. Quise ponerme en el lugar de persona sana. Me puse. La amo, estoy siendo mi vida con ella, la veo morir, la veo sufrir, agonizar, y sufro con ella. La llevo al hospital, la veo internada, con oxígeno, le tomo la mano y simplemente le digo que la amo y que ya va a llegar el momento en que deje de sufrir... Que clase de amor, que clase de corazón y de alma pueden soportar un dolor tan grande como ver sufrir a su amor, a su vida, a lo más preciado que conocieron? Me considero capaz de afrontar una situación así. Pero me parte el alma intentar el simple echo de imaginarla. Por que es vivir sabiendo el fin y el sufrimiento de esa persona.
No se porque mi cabeza está tan enfocada en esto, no es porque yo esté pasando por algo similar ni nada por el estilo, si no que a veces simplemente vuelo y bueno, caigo en pensamientos como este.


Será eso?
Hace tiempo quería escribir sobre esto.
Quiero estar en la playitaaaaaaaaaa

martes, enero 14, 2014

Abrir el frasco

Tener un hijo que puede llegar a ser un paso humano gigante, un paso de esos de los cuales uno no debe arrepentirse, pensar las consecuencias, debe disfrutarlo simplemente y ser. Hola. Escribi el párrafo anterior hace casi un año y hoy el bebe ya tiene 4 meses. Lo espero y lo amo así como a todo, mi vida es está, la que yo diseñe y elegí, no soy mode ni ejemplo de nada, solo soy yo.                         Nadie dijo que iba a ser fácil y más sabiendo que nada es imposible. No me pongo más barrotes ni piedras, solo voy a seguir caminando.
das las cosas externas a ese lu azo hijo/progqenitor no deben producir la misma intensidad de felicidad  momento de concepción es "lo mejor que pudo haber pasado en tu vida". Eso pienso desde que empecé a relacionarme con personas (la gran mayoría) que tuvieron la oportunidad de tener un hijo, eso creo que ellas tienen en la cabeza, que pueden vivir mil y un cosas pero que nada de nada en la vida va a lograr provocar una símil igualdad a lo que es su hijo, ese ser que tiene su sangre y que tiene el apellido del padre y el nombre que la madre le pensó. 
Pienso también, que esas personas que tuvieron un hijo, también son hijos, son hijos de un par de padres que probablemente pensaron lo mismo y no vieron la oportunidad de vivir la vida mas allá de esa felicidad que fue el éxtasis en su más resplandeciente y máximo esplendor. Hoy en día creo que existen muy pocas personas capaces de reconocer las diferencias de vivir la vida, de disfrutar la vida, y de simplemente vivir. Vivir siendo como tu propia naturaleza te lleva a que seas... vivir sintiendo a través de los sentidos, explorando, descubriendo, mirando, oliendo, tocando, escuchando, conociendo eso que nos rodea, esa otra gran inmensidad en la que nos encontramos parados dentro de un cuerpo, esa inmensidad que muchas personas creen limitada, y creen que es el principio y el fin en una sola tonada. No se dan ese lujo.
Hoy con la situación por la que pasé y estoy pasando puedo ver eso que expliqué de la manera mas grotesca y tosca posible, y duele. Las diferencias hacen que de cierto modo yo acepte a la otra parte, acepte esa devolución, pero desde el mismo punto de aceptación y debido a eso, provocan una terrible bronca e impotencia, unas ganas de gritar POR QUÉ y CÓMO HAGO para que esto no suceda y que esa persona que yo tanto quiero pueda ser feliz de una puta vez. No tengo otra opción más que entender y esa bronca que me provoca la situación, reciclarla, intentar convertirla en algo que realmente valga la pena, ya que si esa persona no se siente capaz de hacer algo tan simple como SER, ¿qué más puedo hacer yo?
Mamá, papá, hermanos, tíos, tías, sobrinos, primos, nietos, abuelos. 

Seres, almas, vivas, capaces. Que realidad tan espantosa que vive la gente que hoy en día no se puede siquiera dar el gusto de ser feliz, ya que piensa que obteniendo un aparato tecnológico de un valor totalmente descabellado, está "en estado de felicidad".

Estado de felicidad es amar, es sonreír por cosas simples, es vivir el hoy, no el ayer, disfrutar y no quedarse varado en el tiempo y en costumbres dictadas por una religión o por un dogma, cosas del siglo diez que ya nadie siquiera recuerda y solo quedan cosas tergiversadas e inentendibles sin explicación ni lógica, simplemente porque "siempre fue así".

Ya.