Correr riesgos de llevarse más de una materia.

Tener mucho calor y no encontrar la solución.

Fastidiarte y tratar mal a la gente.

Mirar tus piernas y llorar del dolor.

Abrir tu placard y no encontrar nada.

Querer usar algo que está en el lavaropas.

Querer comer y no poder.

Disfrutar la mañana de un sábado como siempre quisiste hacer y que termines puteando al universo entero.

Ver a tu vieja con paja y tener más paja todavía.

Ver a tu viejo y esconderte para que no te vea y cruce a decirte algo.

Sufrir por dentro y sonreír por fuera.

No tener zapatillas que sean adecuadas al día que te propones hacer.

Tener puras monedas de 10 y de 5 centavos.

Tener además, 14 pesos para todo el fin de semana (tristísimo).

Desear y desear, esperando que algo imposible se cumpla.

Ver como todo el mundo se da vuelta en una puta semana.

No querer mirar atrás.

Amar a alguien al punto de volverte total y absolutamente loca e incoherente por sobre cada cosa que haces y decís. 

Ser tratada de algo que no sos y sabes muy bien.

Adelgazar y sentirte más gorda que nunca antes (¿#$%&?!...)

Depresión post-colegio.

Perder boletos del colectivo que querías atesorar por el resto de tu vida.

Que tu perra jadee más de 300 veces por minuto al lado tuyo, y que al mismo tiempo esté echada en el sol.

Tener ganas de ser un astronauta.

Querer y no querer al mismo tiempo.

Ser tan jodidamente insegura...

Y que todo te de exactamente igual. Y dormir y dormir y dormir.

Eso es ser yo.