Cuando uno tiene un día malo, un día en los que no necesita a los demás, cuando esta totalmente fastidioso con todo, todo le sale mal y todos tienen algún problema con eso.
Si mi familia cree que yo vivo en ROSA, que siempre debo estar de buen humor, transmitiendo felicidad, esta muy equivocada.
Un lunes de mierda, como muchos otros, despertarte con buena onda, desayunar algo estimulante, subirse al bondi de todos los días (fue algo inusual ya que viaje con mi madre), darse cuenta que el colectivo cambió la ruta y ahora es mas corto el viaje, bajarse del bondi y ver caras de orto que te miran mal y compartir el sentimiento de ira, salvarse de que te pise un camión, otra vez, por poco, mirar el reloj y darte cuenta que es muy temprano, llegar al colegio y quedarse afuera porque un boludo se olvido la llave, entrar, entusiasmarse con amigos tal y como todos los días buenos, contar novedades, reír un poco, y así toda la mañana, hasta que llego el Hasta que... una noticia que influye en mi vida y en mi pasado, enterarme que soy mas importante de lo que realmente me creo en algunas personas, me causo mucha gracia, pero ese tema ya lo solucioné y creo que estamos bien. Y en TODA LA TARDE no encontrarle sentido a nada, ni gusto, ni olor, ni buena vibra, ni sentimiento, ni colores, ni nada.
Fue un día, concluyendo, de esos que decís me quiero ir a la mierda y no jodo.
Extraño la soledad de mis tardes cuando vuelvo del colegio, donde lo único que tenia era a mi hermosa perra que siempre estaba. Odio eso de llegar cagada de sueño y ver como duerme plácidamente mi hermana a las 2 de la tarde.
Y para colmo, una pelea con mi hermoso equilibrio, que terminó desencajando todas las clavijas, hasta que me acosté un poco mejor y tranquila.
Me voy a buscar un martes largo, con una condena hasta las 4 de la tarde por computación e inglés.
Suerte y nos vemos
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